lunes, 13 de abril de 2009

Antología Taller de Poesía

Reloj

¿Cómo evitar las voces constantes
de estas horas nocturnas?
¿Cómo apagar mis oídos
sumergirlos
ahogarlos?

Sigo sosteniendo el vidrio de la ventana
con mis labios
y un vacío sin fondo y obscuro
habita el hondo espacio de la noche

Un gran cortejo emerge
de la entraña de la espesa noche
va ocupando lentamente
un trozo cóncavo de cielo

Caminantes taciturnos
de negras y largas gabardinas
y obscuras mantas
como saladas máscaras
van tejiendo una nostalgia indócil
una tristeza santa
en su vólatil marcha cíclica

Sólo se escuchan
como un lamento persistente
el coro seco
y uniforme de sus pasos

Mis ojos cansados se doblegan
mientras la péndola prosigue
recordándome un sueño y unos pasos
su incesante y nocturno trasegar

Vahos

Nacen con sus sogas y sus dagas
entre el vapor de las cebollas fritas
creando círculos de jugos en la lengua

Los ojos traen la deliciosa sangre
de los tomates fritos
y el hada de especias resbalando
entre calientes acéites olivados

Sólo la llovizna
de un vino delgado entre la boca
creciendo en la garganta
podrá salvarnos
ayudarnos
a demorar los mayúsculos deseos

Como un beso
antes del abismo de las pieles

miércoles, 8 de abril de 2009

Para soñar de nuevo

El viento traza bosques de ríos
Sobre la ventana
Y lanza múltiples piedrecillas de agua
Toda la noche

Es inclemente mayo desde el cielo
Duplica ausencias y vigilias

Pero

Como un niño
Me acurruco entre la cama tibia
Y suelto del universo
Desnudo
Cruzo las llovidas calles fatigadas
Con los ojos cerrados
Para traerte
Y abrazarte
Desnuda
Acurrucada ya sobre mi cama
Conmigo adentro
Para soñar de nuevo el universo

Ya no

No volverá el viento
No será mas la espera entre la tarde
Un árbol se ha llevado el bosque de su mano
Y en el lugar de las lámparas de besos
Sólo queda una calle vacía entre la lluvia

Todo mar
Toda corriente musculosa y sorda
Todo aguacero
Todo torrente de sangres
Fiebres y pechos desatados
De muslos en los muslos
Se van por un hilo de llantos y cuchillos
De muertes simultáneas

Ya no puedo salir de tanto fango
Los muslos se abren como cáscaras
Los ojos se cargan de sal y de cenizas
La derrota llevándome en sus hombros
Arquitectura del dolor crucificado
Cosechas de silencios y de espantos

Cuándo me sacarás de estas casas de humo
De estos quemados pavimentos
Cuánto tiempo mas
Por estos purgatorios
Cuándo vendrán los días sin sus letras
Ni sus rostros
Cuánto mas
La beberé en las madrugadas
Y circulará esta araña entre mi sangre
Este puñal creciéndome en las sienes

A galope

Allí viene
En su galope de samurai
Con sus nieves temibles
Sobre las anchas proas
Con su fija mirada
Atesorando el duelo
Y un secreto

Allí viene
Con su daga en los dientes
Y en la sangre del pecho
Agolpando todas las calles
Y para siempre el secreto

Punzando
El viento

Y su violenta luna

Dormida

Hay un río de lámparas
Señalando senderos en mis sombras
Un bosque de sombras descubriendo sus ojos
Burilando caminos

Cada vez que naufrago entre la madrugada
Lleno de las hojas y los pantanos del sueño
Lleno del miedo que me extiende sus manos
Sus fauces de hielo trabajándome el alma
Persiguiéndome aún en la orilla de los ojos abiertos
Llega a mi vigilia tu carita dormida
El sonoro vocablo
De tu sueño perfecto
Y me quita los perros y las enredaderas
Y entonces
Vuelve a tejer sus lunas
Mi corazón vencido

Fiebres

Me ha cercado la fiebre sin descanso
Me ha domado la frente
Con su corriente de avispas
Y de sangres incendiadas

Cómo me han dorado
Una tras otra en abanicos
De besos y de cópulas

Roen los muslos
Con arañas de inciensos
Ponen sus lunas de fuegos
Por dentro de los ojos

Sólo espero las hadas en la mitad del viento
Que me urdan la canción que me refresque
Entre hojas de malva y eucaliptos
Que tome sus grandes gajos rojos
Y los duerma
Y los someta
Que los deje vivir apenas
Con esa sed sonámbula en mis labios
Que suban lentos por mis respiraciones
Y pueblen los astros que me beben
Para justificar esta escritura

Hay que ver

Hay que ver ese garbo
La amorosa arrogancia
El sublime coqueteo
Con que dejas danzando al viento
Una seda roja
Y al mismo tiempo
Con desdén secreto
Arrojas tu mirada salina
Llena de incendios

Cada palabra que volando escribes
Que al aire me dices
Trae esa imagen
Espléndida
Mordaz
De tu gracia infinita
De la esencia que esparces sin recatos

No hay otro camino
Cuando giras tu cabello entre los aires
Y te vas con tu paso de diosa entre la tarde
Que arrojarse al viento
Abalanzarse
Con los ojos cerrados
A los mares de tu rastro y tu perfume
Para tomar tu secreta violeta
Tu carta entre brisas
Y cumplir con la cita
En el día y la hora
Y la esquina precisa
Que te provoque

Felinos

En tu mirada
Circulan las espinas y las sombras
Y la sal te nombra con su canto oscuro
En el aura de esta tarde detenida
Anda una pena merodeando
Surca tus aceras
Tu corazón llovido
Anda en tu garganta una voz que no mereces
Una queja que no es de tu estatura
Deja tus fiebres en la arena de hojas y caléndulas
Deja tu voz en mi garganta de agua
Que te inventaré el veneno de las pieles
Y esquinas donde ondee la caricia
Y puedas adormecer por fin tu sombra turbia
Déjame ponerte agua sobre las heridas
Tu memoria quemándose en las horas
Te traigo las salas de sombras y caléndulas
Arañas de aire para tu frente ardida

Qué harás

Qué harás en esos lagos
Cuando busques el color de mis palabras
Y la curva de hormigas en tu mano
Qué harás cuando te encuentres
De frente con el peso de mi nombre
Cuando sueñe tu sed con las liebres
Que escondimos juntos en los surtidores
Qué ecuación harás con los silencios
A quién darás el sobre con lo que soñaste
Qué harás para desayunarte del amor
En cada esquina de tus fiebres
Cuando cerca de las noches
Te ahogue
Te circule
Y te enceguezca el aguacero

Quién te habitará de sueños
Y abrigará tu talle hasta los huesos
La vigilia cubrirá tu pensamiento
Y todas las voces detendrán su paso
Frente a ese río de ínsulas y lilas
Y estarás aferrada todavía
Al eco de mi voz casi infinita

Olvido

Pasas serpenteante la avenida
Evitando charcos y lodos diminutos
Muchacha casual
Sobre estas calles apretadas por el frío
Que eres capaz de confluir cuatro miradas
-incluyo la mía-
Sobre tus nalgas maduradas
Olvidando
Todos
Que la tarde aún se encuentra
Acurrucada
Sobre el aguacero

Escarcha

Feroz
Amarga
Indócil
Caravanas de hielo te entrecruzan
Muros de niebla
Témpanos cosechan tus ciudades

Coronada de escarcha
Vagas
Para siempre
Con tu mirada
De dunas y de espinos

Buscas y deambulas
Con el desierto entre las Manos
Así será eternamente

Amor
De viuda negra
De obscuros puñales florecido
De secas fuentes
Y de rojos sainetes
Encendido

Oriente

Vienes en sedas transparentes y bambúes
Cubierta con los vahos del crepúsculo
Envuelta en el sueño de los soles
Invocando mi nombre suavemente
Con tus labios de cobres y dagas

Deja que caiga tu kimono

De un solo tajo

Como una manzana

Y alienta mi hambruna

Incendiada

Inatajable

Iguazú

Que prodigio de aguas desbocadas
De rocas perfiladas entre sedas
Susurrando cánticos y brisas
Deshojando brumas
Germinando la rosa de la espuma
Cosechando ánimas y pensamientos

Van los colosales burbujeos
Subiendo por los cuellos
Y los muslos
De la tierra
Como un humo dulce
Entrando en la garganta

Se han ido los ojos
La memoria toda
Entre esa niebla
Que entrecruzan sin cesar
Los pájaros de agua

Laberinto

Hay una cortina transparente en la penumbra
Al final de un laberinto obscuro
Y en el umbral
Un viento helado
Arde como eterno guardián de una salida

Trasegando ese camino efímero
De sueños y de espejos empañados
He sentido
Aletear el viento en la distancia
Alcanzarme
Rodearme y consumirme
Y dejarme con el presagio
De correr de nuevo ese indescifrable laberinto
De calles años y escaleras
Plagadas de muros fantasmales
Y de esquinas inconstantes

De repente observo
El fondo obscuro y solitario de una calle
Donde grita incesante y taciturno el frío
Y recuerdo la calle y el instante
Y al mismo instante he recordado el frío

¿No son ecos del pasado
Las cansadas voces del recuerdo?

¿Muy a pesar de Heráclito
Me he consumido entre un mismo río?

Me has dejado ir

Me has dejado ir

Está clausurándose la tarde
Dibujando en tu pelo la partida

No llegará la lluvia mas
No volverá mi mano

Me has dejado ir
Perder
En las esquinas

Mil arañas entran y salen de los ojos
Llenas de fuegos ponen sus huevos en mi frente
Son de sal sobre la tarde herida
De sol y dunas entre la garganta

La tarde última dice adiós
Y yo con ella

Estas palabras son mi gasa y mi cuchillo
Todo el dolor que muerdo en el silencio
Trabajará resuelto en el olvido
Y al mismo tiempo
Se irá quebrando
El arco
De mis nervios
Y mi tiempo

Ciudad Blanca

Ciudad Blanca

Todo fue tocado por la rosa blanca
El alba perfumó los tejados y las bocas
Todo pasto fue blanco unificado
Todo separador
Toda avenida
Todos los urapanes temblaban de blancos ululeos
Todo túnel debajo de los puentes fue un gran iceberg
La desnuda ciudad crucificada
Abandonada a su descomunal destino
De bárbaro granizo
Temblaba

Y de rodillas te suplicaba
Para no sufrir más los blancos aguaceros infinitos
Que cruzaras los álamos y calles
Con tus cabellos de medusa viva
Y tu sed incendiada
Que dibujaras palabras de espiga
Para mi desvelo
Y repitieras las pieles conjugadas

Pero ya ves
Todo fue vano
Laberinto ciego
Anarquía
Selvas de aguas y de hielos
Por tu culpa
Por tu enorme culpa

Mañana vendrás
Dije en voz baja

La ciudad
Tiritando
Rezaba de rodillas

Jarrón Chino

Jarrón Chino

El jarrón chino ha caído
2.500 años van sin remedio
Resignados
A su encuentro con el ajedrez de mármol

Hubo días
Entre las auroras
Y los espléndidos crepúsculos
En que unas yemas acariciaron el barro
Una y otra vez
Tallaron su cintura
Sus enormes caderas deliciosas
Y tal vez
Sedientas manos
Detrás de los vaivenes del pecho
Burilando
Volaron con su tinta colorida
Detrás de pájaros y nubes
De llameantes dragones florecidos
Y deslumbrantes amores orientales

Pero ahora cae
Rasga el viento de los mínimos segundos

Todos los rostros dibujados gritan

La sangre de porcelana
Llora y sonríe
2500 años son tanto
Y tan poco

Alguien
Buscará tejer de nuevo los pedazos

Blog de Roberto Puentes Quenguan. Poesía.Lunas. Vida


CUANDO DUERMES

Déjame deslizar la miel sobre tus labios
en el ala vencida
cuando duermes
y recoger con mis labios esos hilos
esas huellas que me dejas en tus viajes
por el sueño
donde te acaricia el minotauro en vela



DIBUJO


Haz la madrugada con las yemas
deslízate en las sedas
entre las sombras de aceites y de fuegos
sonámbula y sedienta
busca en las fiebres


Haz el barco de niebla
atravesando el alba
con tu ciego índice
sobre mi espalda
lentamente



Déjame los faros habitándome la boca


Los guardianes que te surcan
y que combaten tus fiebres en el vientre
duermen


Quiebra entonces tu cintura
déjate yacer
en el lecho del río que me ahoga

Hazme
invéntame en la sombra envenenada
deambula circular sobre mis yemas


Luego duerme


Sueña

Sueña


REGRESEN NIÑOS


Cae el fuego de hielo en sus gargantas
La escarcha se acumula entre sus cejas
en los rostros de los niños madrugados
y canta la lluvia de las dagas
en la espiga de sus ojoj levantados


Para nosotros sean los dardos
y los hielos
las talas del sueño
y las lluvias
que sólo son visibles desde las farolas


¡Para los niños no!
los niños zambullidos en el frío
en la indócil tiniebla de cuchillos
los de párpados de sedas
que adelantan su desvelo
y deambulan oscuros por las calles
los que aprenden ateridos las vocales
de la resignación y la vigilia
los niños soltados de los dedos del sueño


Dónde los planetas del único país
y el vasto desayuno
dónde la bondad de los párpados de brisas
la plaza universal del corazón sin fondo


Regresen
niños
ya no vayan a la escuela
ya no salgan
ya no busquen el tesoro de otros ciegos
ya no crean más en las zalemas del futuro
vuelvan a las plazas y terrazas de leche
donde danzan los ríos del tiempo
y las horas son lunas y balones
vuelvan
donde las telas calientes les aguardan
y el pan de los ojos crece fresco
como unn árbol de largos chocolates

Vuelvan
todos nos hemos vuelto locos
y nos nutrimos de la mezcla venenosa
y queremos que los niños se beban la misma porquería

Vuelvan a las casas verdes niños
a la cuna imaginada de las sagas
a las calles, los patios y los parques
donde vuela la hoja ancha de las risas
enniñezcan los días que nos quedan




CARAVANA


Hay una caravana de voces que se acerca
atravesando dunas y aguaceros
inundando umbrales y avenidas

Se acerca en medio de huracanes
de soles sedientos que tapizan el alba
y ancla su vuelo entre mi pecho

Todo lo ciega y modifica
todo lo toca
y suple todo
para poner su espuma y se estatura
y su perfume de astros y venenos
su nombre
doble en fiebres y dolores

No habrá caléndulas ni gasas
que paren este tránsito de tigres
de avispas
y de alas ardidas que cruzan mi corazón
lleno de heridas
como una señal de rojas avenidas
que pasa por su acero de vigilias.




MEDUSAS

Esos hilos de mares y de selvas
Esas olas cayendo hasta mi pensamiento
Llenos de sándalos
Son mi dosis de pecado en este día
La porción de secreto que mi sangre necesita
¡Ah esos cabellos en cascadas!
Húmedos de sal
Desnudos en tus hombros
Llenos de todas las fiebres del invierno
Me deshacen
Me despedazan
Me vuelven a los círculos de sedas y de pieles
Me desamparan al delirio
Desatan los chubascos
Rasgan tu espalda con aceites
Te circulan desnudas
Me vuelven a la muerte entre las sienes
Y me entregan de lleno a las vigilias




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